Entrevista a José Gabanes ss.cc

16.07.2013 10:42

   

Entrevista a José Gabanes ss.cc., primer director del Colegio San José SS.CC.


"Mantengo la alegría para volver a Paraguay y estar no sólo hasta que el cuerpo aguante, sino hasta que Dios quiera"

por Fernando Cordero ss.cc.

 

José Gabanes Muga, Pepe, ha estado unos días en Sevilla. Nuestro Provincial estaba interesado en que le hiciéramos una entrevista a este hermano que ha sido uno de los fundadores de la Congregación en Andalucía. Y, grabadora en mano, tuvimos una conversación con este hombre de una vitalidad sorprendente a sus 77 años. Pepe es vasco y castellano. Su padre de Álava y su madre de la provincia de Burgos. Nació en Ribadellosa, a 3 kms. de Miranda de Ebro. Después de la guerra, una tarde de paseo el P. Bonifacio se acercó por la escuela y preguntó por los Gabanes y allí estaba él con su hermana. Ahí comenzó el germen vocacional que lo llevaría a entrar en la Congregación.

 

 

La llegada a San Marcos

Comenzamos, en la sala de comunidad de la Los Remedios, hablando de la llegada a San Marcos. La llegada a San Marcos fue providencial en el momento en que estaba predicando una misión en la Sierra de Cazorla con el P. Ramón Bravo. Estábamos descansando después de una jornada en el nacimiento del río Guadalquivir y me llegó el aviso de Madrid: que se fundaba el Colegio de Sevilla y que estaba allí destinado. Inmediatamente fui a Madrid, hablamos del asunto. Estaba conforme. Volví a terminar la misión y directamente y, como quien dice, por el hilo del Guadalquivir me presenté en Sevilla en el año 1955, en el mes de septiembre.

¿Os imagináis cómo era la primera comunidad? Había una pequeña comunidad. Estaban esperándome el P. Ramiro Huarte Gorría y el P. Luis Aguilar estaban ya en San Marcos. San Marcos estaba en ruinas, eran cuatro paredes. En la Capilla de los Servitas celebrábamos la eucaristía y ahí comenzamos. También empezamos a hacer la visita al lugar donde se iba a construir el Colegio, dos chalecitos que se habían adquirido para el inicio en calle Arcos.

Es curioso ver cómo vivían los primeros “padres blancos”. Vivíamos en una de las naves laterales de San Marcos, que estaba acondicionada con tres habitaciones, con cocina. Nuestro patio de encuentro eran las ruinas. En la Capilla de los Servitas hacíamos nuestra pastoral en el barrio. Inmediatamente comenzaron los proyectos de restauración con Romero Murube.

Recuerdos de aquella época

Pepe cuenta, como si fuera ayer, los paseos desde San Marcos a Los Remedios, los planos, las visitas, la obra... Recuerdo un ir y venir permanente en visitas a Los Remedios, ya presentando los nuevos proyectos de la inauguración del colegio, visitando a las familias y vigilando la obra para que se agilizara y a finales de septiembre poder comenzar las clases.

Para mí la pequeña pastoral en el entorno del barrio fue descubrir un mundo nuevo, algo parecido era la Sierra de Cazorla en los dos veranos que estuve. Entrar en el ambiente de Sevilla, todo era apertura: las familias que nos visitaban, las actitudes también del artista que hizo el Cristo de San Marcos, que vivía al lado de nuestra casa...

P. José Luis Castilla

Y otro recuerdo interesante, histórico, diría yo, la presencia del P. José Luis Castilla, nuestro incansable P. Castilla, en los primeros años de la fundación. Recuerdo como anécdota la colaboración del P. José Luis Castilla, ya anciano con su hábito blanco, y nosotros también de hábito en medio del calor de Sevilla. Por eso es la anécdota de llamarnos “padres blancos”, por ir siempre con el hábito blanco. El P. José Luis estaba ya retirado de la revista “Reinado Social”, estaba con más ilusión que nosotros. Se llevaba todo el día con el hábito lleno de propaganda con el inicio del Colegio, el nombre del Colegio. Subía y bajaba pisos y más pisos, dejando la propaganda, hablando de la revista y del P. Damián. Él nos animó mucho.

Se nota que Pepe es un hermano emprendedor, un buen iniciador de lo que es ahora este estupendo Colegio San José SS.CC. Dejemos la palabra al primer director: Fui el primer director del Colegio, en 1955. Teníamos alrededor de 22 ó 23 alumnos. Iniciamos el Colegio con el grupito de párvulos y Elemental. En ese primer año nos acompañó un hermano estudiante. Después llegó Antonio Alcayde en el segundo año. Así fuimos avanzando curso por curso. Hubo que comprar dos chalets más alrededor de la Parroquia de Los Remedios. El campo de fútbol era el predio de la parroquia.

Hacemos un poco de historia y nuestro P. Gabanes me cuenta la opción que hay detrás de la fundación en Sevilla. Por ese deseo de ampliar, ya que estábamos agrupados desde el centro de España hacia el Norte. En Salamanca se intentó reunir vocaciones de esta zona hasta el sur.

Parecería como un sueño lo que el Colegio es ahora. Yo no me lo podría ni imaginar. Pero pensaba ya, por las perspectivas que nos habían concienciado de tal forma, que ya estaba comprado el terreno. Hicimos un cartel gigantesco como diciendo esto es algo que se va a construir en un futuro inmediato. Año tras año esta idea iba progresando con los cursos , en los que iban aumentando los alumnos. Los Remedios también se fueron construyendo en este tiempo.

Estuve 2 años. Realizaron las gestiones para conseguir un préstamo y los planos que realizó D. Fernando Barquín, que era el arquitecto, que construyó el Seminario de Pilas. El terreno se compró antes de llegar nosotros, por la gestión del P. Luis María Lizarraga. Era un estilo ágil, con un edificio separado uno de otro y unido por pasillos.

Sueño: qué querían los fundadores que fuera el Colegio.

En las bodas de plata, Pepe pudo estar en las celebraciones, que las vivió como una inmensa suerte. Ahí él vio que el sueño se había hecho una gran realidad. Parece que fue algo progresivo, que nos fuimos ubicando cada año con alguna mejora. No era una explosión, sino ir construyendo lentamente, con mucho ánimo y vitalidad. Después del 25 al 50 ha habido un gran compás de avance. Siempre que vengo por España hago una escapada por Sevilla, porque este colegio queda permanentemente en mi recuerdo. Gocé mucho en las celebraciones de los 25 años, también con la representación de Isaac de “Jesucristo Superstar”.

Paraguay

Hablar con el P. Gabanes es también contar con otra realidad congregacional: Paraguay. En agosto pasado cumplió 38 años de estancia en Paraguay. Más de media vida. También fue una experiencia parecida a la de Andalucía, porque se comenzaba la presencia de la Congregación. En Paraguay hubo que empezar de cero, no teníamos ni la casa donde vivir. La ida a Paraguay era para fundar una misión en los Altos del Guairá, en la zona norte, a más de 400 kms. de Asunción. Eso se retardó y nos ubicamos ya directamente en Asunción, en la Parroquia de los Sagrados Corazones. Con el paso del tiempo, gracias a Dios, ha habido vocaciones y hay ordenados dos sacerdotes que están trabajando a full en Paraguay.

Lo que le ha aportado Paraguay en estos años.

¿Qué es lo que le ha aportado en estos años la experiencia de Paraguay? Me aportó mucho, sobre todo, después del segundo noviciado. La primera experiencia fue ir acoplándome como un funcionario más del Arzobispado de Asunción, en una parroquia que nos brindaba a nosotros y que había que construir todo de nuevo, una parroquia tradicional. Y ya en el segundo noviciado, que coincidía con las realizaciones de la Conferencia de Religiosos de Puebla, donde se hizo la opción preferencial por los pobres en Latinoamérica, me amplió una perspectiva que he mantenido hasta ahora sobre lo que significaba el futuro de nuestro trabajo en Paraguay. Evidentemente no lo hemos hecho de lleno en una inserción en los barrios pobres, pero estuvimos en la Parroquia de Sagrados Corazones en los barrios periféricos de Asunción, con la gente humilde (trabajadores del campo, de los mercados, etc.). El recuerdo que tengo de la Conferencia de Puebla es que se termina y tuvimos el segundo noviciado, en Lima, con muchas charlas de teólogos de la Liberación, entre otros, con Gustavo Gutiérrez, juntamente con una renovación dentro de la Congregación que nos ayudó, con el recuerdo de los PP. Sergio y Diego Silva.

Y, con su vitalidad, me cuenta su labor pastoral, nada desde luego de quedarse con los brazos cruzados. En la actualidad estoy de vicario en la Parroquia donde fui párroco del 80 al 90, en Presidente Franco, que es la zona cerca de las cataratas de Iguazú, al límite con el río Paraná, cerca de Foz de Iguazú, una ciudad muy populosa de Brasil. Desde 1975 tomamos esa Parroquia heredada de los Misioneros del Verbo Divino. Es una ciudad que tiene alrededor de 75000 habitantes, la mayoría gente humilde, pobres, trabajadores en los comercios de la ciudad contigua, comercial, Ciudad del Este. La ciudad de Presidente Franco es como un dormitorio de esa ciudad capital. Actualmente se desvinculó bastante por la falta de trabajo, que genera automáticamente pobreza. Hay un empobrecimiento muy grandes en estos 2 ó 3 últimos años.

Mensaje a los del mundo desarrollado

Y, claro, también hay diferencias entre Norte-Sur, comunidades, países, pero con serenidad nos dice: Me gusta el progreso de las ciudades, la limpieza, etc. Soy un poquito arquitecto. Entre saludar a los hermanos, que es compartir,... La diferencia entre las comunidades aquí en España y en Paraguay es casi abismal. Nosotros tenemos necesidad permanente de estar con los pobres. Yo hago de secretario, trabajo que compartimos los cuatro que llevamos la Parroquia. La gente llega para pedir limosna, ayuda o para desahogarse con nosotros de la situación que están viviendo de injusticias, de falta de trabajo, a veces, problemas familiares consecuencia de todo eso. La diferencia es grande pero no me causa extrañeza. España tuvo también sus tiempos difíciles, que nos tocó vivir a nosotros después de la guerra (carestía, falta de trabajo, hambre).

La Congregación en la actualidad.

Cuando hablamos de la Congregación me sorprende el inicio de su respuesta. Ojalá que el misterio del que habla se enmarque en el otro Misterio. Escuchémoslo. Eso ya es un misterio. Lo que veo es hay una laguna muy grande entre nosotros que entramos ya en la edad madura y luego un hueco grande entre los jóvenes que son pocos. Crea una sensación no de angustia pero sí de saber que tenemos que replegarnos. Yo considero ahora a la Congregación como algo que antes no lo teníamos, porque cada uno vivía en su pago, con sus problemas propios. Ahora tenemos que abrirnos. Lo mismo que estamos nosotros lejos, con dependencia todavía de España, tenemos que concentrarnos más para poder sobrevivir, ésa es mi idea con espíritu de fe y con una alegría grande. En Paraguay, entre nosotros, hay una unidad grande. Veo que hay mucha acogida cuando venimos para acá que lo agradecemos mucho.

P. Eustaquio

Por eso de que Paraguay está cerquita de Brasil, le pregunto por el P. Eustaquio. He leído su vida. Me interesa su actitud de cercanía con los pobres, cuando estuvo trabajando en Romaria. El pueblo encontró en él un consuelo, amabilidad, y se convirtió en un taumaturgo. Yo creo que él no tenía intención de hacer milagros, pero la gente tomaba el agua que él bendecía y se curaban. Se escondía para rezar y la gente lo buscaban, como hacían con Cristo.

Cómo estar tan bien con tanta edad

En la comunidad, los hermanos con la visita de Pepe nos preguntábamos cómo se puede estar tan bien con tanta edad. Él dice que so lo debe a la gracia de Dios. Es la propia naturaleza. La gente me dice que no aparento la edad que tengo, que si como algo especial. No como nada especial. He sido siempre abierto, ahora dicen que hablo más pausado, será que se me ha pegado de los suramericanos. Mantengo la alegría para volver a Paraguay y estar no sólo hasta que el cuerpo aguante, sino hasta que Dios quiera.

Pues, hasta que Dios quiera, con tanto celo y pasión. Ha sido una suerte haber podido pasar un rato con uno de nuestros fundadores justamente casi cuando iniciamos el año del Cincuentenario.